Nueva York es una ciudad tan grande que, quizás en alguna ocasión, tengáis que hacer uso incluso de los trenes. Es cierto que la mejor forma de moverse desde vuestro hotel en Nueva york hasta cualquier punto de la ciudad es el sistema de metro, pero si queremos visitar algún lugar de la periferia o fuera de la ciudad hemos de optar por el tren.
Lo más fácil es moverse a través de sus dos grandes estaciones, la Grand Central Station, situada entre la calle 42 y Park Avenue, y la Pennsylvania Station, o Penn Station, que se halla entre la calle 34 y la Sexta Avenida. Ambas están en Manhattan, y son ideales para ir a conocer Nueva Jersey, especialmente en los trenes PATH o el New Jersey Transit.
Desde la Grand Central Station se puede ir hasta el norte, a ciudades como Nueva Jersey o Conneticut, mientras que Penn Station ofrece servicio hasta más de 46 ciudades de los alrededores de Nueva York y otras ciudades estadounidenses, entre ellas Boston, Washington, Filadelfia o Massachussets.
La Grand Central Station está mucho mejor equipada que la Penn Station, que a simple vista no parece ni una estación de tren. Grand Central Station es la más importante de la ciudad, e incluso se puede hacer un tour gratuito por ella todos los viernes a las 12.30 horas. No hace falta hacer reserva, sólo hay que estar a esa hora y ese día en el Sculpture Court del Museo Whitney.
Los precios de los distintos trayectos varían, evidentemente, según la distancia que recorramos, además del tipo de tren. Para un trayecto sólo hay que decir que suelen ser algo caros, por lo que es mejor adquirir un bono de viaje para turistas extranjeros.
Aún así hay que reconocer que el sistema de trenes de Nueva York es uno de los mejores de Estados Unidos, sobre todo si lo comparamos con el de otras ciudades americanas.