Estatua de la Libertad

Aunque su silueta se considere uno de los grandes símbolos norteamericanos, fueron los franceses los que regalaron la Estatua de la Libertad a la ciudad de Nueva York el 4 de julio de 1884, en conmemoración a la alianza que ambas naciones realizaron durante la Revolución Norteamericana y el centenario de la independencia americana en 1886.

Estatua de la Libertad

Esta estatua, cuyo nombre original es La Libertad Iluminando el Mundo, mide 46 metros de altura y pesa unas 225 toneladas, aunque su altura desde el suelo sea de 93 metros, gracias a su pedestal. Es obra del escultor francés Frederic Auguste Bartholdi, quien la hizo en París y se envió por barco a América desmontada.

Si os fijáis bien en su mano derecha lleva una antorcha iluminada, mientras que en la izquierda lleva una tablilla de la ley con la inscripción en números romanos de la fecha 4 de julio de 1776. A los pies de la estatua se encuentra una cadena rota, y una plancha de hierro como soporte, diseñada por Gustave Eiffel. La antorcha que porta hoy no es la original, sino que esta está expuesta en el vestíbulo de la propia estatua.

Resulta de visita obligada para cualquier turista que viaje a Nueva York. Se puede subir hasta la corona, el punto más alto abierto a los visitantes, a través de los 354 escalones que conforman sus 22 pisos. Esta corona tiene siete puntas que representan a los siete mares y a los distintos continentes. Curiosamente para hacer la cara Bartholdi utilizó como modelo a su propia madre.

Veréis un interior de hierro cubierto con cobre. Imaginaros las vistas que se pueden tener de la ciudad de Nueva York desde su corona. Las fotos que estamos acostumbrados a ver de Manhattan se hacen desde aquí.

La Estatua de la Libertad fue declarada Monumento Nacional en 1924. Lo curioso del caso es que, por falta de recursos económicos, estuvo embalada durante quince meses hasta que se pudo construir el pedestal. No fue sino hasta el 28 de octubre de 1886 cuando definitivamente pudo ser colocada tal como la vemos hoy en día.

- Cómo llegar

La mejor manera de llegar hasta la Estatua de la Libertad es cogiendo el ferry que sale de Battery Park, en el centro de Manhattan. También hay otro ferry que sale desde el Parque Liberty State en Nueva Jersey. El precio del ferry es de 12 dólares para los adultos, 10 dólares para los mayores de 62 años y 5 dólares para los niños entre 4 y 12 años, y salen cada 30 minutos todos los días de 09.00 a 17.00 horas.

Os recomendamos que si queréis visitar la estatua estéis bien temprano en la terminal del ferry, ya que a lo largo de la mañana se forman unas colas enormes. Una vez en la estatua se puede subir hasta la corona o bien al pedestal por una escalera de 192 escalones o un ascensor. Acercaros también la museo que hay en el propio pedestal para conocer algunos datos de la historia del monumento.