Una de las cosas que más me inquietaba de mi viaje a Nueva York era curiosamente su sistema de metro. Y es que el metro de Nueva York es el sistema de transporte público urbano más grande de Estados Unidos, y uno de los más grandes del mundo. Imaginaros sólo el hecho de que tenga 468 estaciones y más de mil kilómetros de servicio… Sin duda, es el transporte ideal para todo lo que hay que ver en Nueva York.
Estamos acostumbrados a reconocer el metro como un sistema subterráneo, ¿no?. Pues en Nueva York el metro es tanto un sistema subterráneo como un sistema de transporte sobre el terreno, con grandes viaductos que se levantan sobre el suelo y otra serie de estructuras elevadas. Yo diría que la mitad del metro de Nueva York discurre sobre tierra, más o menos.
Fue inaugurado en 1904, y es la mejor forma sin duda para moverse por lugares como Manhattan. Además, es muy rápido y la frecuencia de trenes es estupenda, aunque de noche hay que esperar un poco más, lo que también provoca que haya menos seguridad. De noche, si las distancias no son muy grandes, lo más recomendable es un taxi, la verdad.
A diferencia de otros sistemas de metro, el de Nueva York funciona las 24 horas del día los 365 días del año. Y si bien es la mejor forma de moverse por la ciudad, al ser tan grande también es más caro que otros metros del mundo. El billete individual os cuesta 2,50 dólares, aunque claro también hay una serie de bonos que os vendrán muy bien en plan turista, como la metrocard.
Otra de las cosas que me llamó la atención del metro de Nueva York es que no se diferencia en nada al metro que se suele ver en las películas. Algunas estaciones, la mayoría, son muy viejas, y otras están muy sucias. Lo mejor es subirse rápidamente sin echar mucha cuenta de la estación. Al metro vamos a lo que vamos…
De cara a los turistas el metro no es demasiado recomendable en horas punta, especialmente por la mañana temprano o de 16.00 a 18.00 horas. Imaginaros que cada día puede transportar a unos cuatro millones y medio de personas. Eso sin contar a los artistas callejeros que os encontraréis en los pasillos de las estaciones a todas horas.
Lo más recomendable es llegar a Nueva York ya con un plano del metro bien estudiado antes del viaje. Hoy en día es fácil de conseguir en cualquier guía de viajes o si lo descargáis por internet. Las líneas del metro se dividen en números y letras y, por ejemplo, cuando veáis la parada de metro 34th-7th, dos calles de Nueva York, es que la parada se halla en la esquina de ambas calles.
También hay que tener en cuenta que en una misma estación y andén pueden parar líneas diferentes con destinos diferentes. Así que estar atentos a las indicaciones en pantalla y al número y letra que lleva cada tren para no confundirnos. Este número y letra lo suelen llevar los trenes en la parte delantera y en los laterales.
Asimismo hay que estar atentos porque el metro tiene dos opciones, local ( hace todas las paradas de esa línea ) o express ( sólo hace algunas paradas de esa línea ). Para distinguirlas hay que irse a un plano de metro. Las que tengan un círculo blanco son líneas express, muy buenas para llegar a un destino mucho más rápido que las local.